Un dia en Santa Clara
El desaliento es terrible, mis intentos por encontrar un trabajo son insufructuosos. Se acercan las fechas para pagar el alquiler, impuestos, etcetera. y yo sin un peso, es molesto aunque quiera estar en paz, se vuelve diificil estar calmado y tratar de no quebrar cuando todo parece cuesta arriba, en un desierto empinado, me siento solo, agobiado y con sed.
Y como aguas en un remanso de un enorme rio, mi alma
Calmo en su superficie, mar de aceite.
pero muy en lo profundo, la corriente tira, empuja.
En el centro una inquieta brisa, se mueve sin prisa.
Aunque muchas voces me presionen
o la burla se haga eco en mi mente
Pongo a trabajar mi piel, que en ella brote el enojo.
Golpeo el piso con la velocidad de los vientos.
Me paro firme ante una tormenta de tristeza.
Y en montaña casi me convierto.
Miro al horizonte de un mar igual a mí.
No sé que pensar, no sé que sentir.
Los días pasan y guardo mucho pasado.
Como una mochila con el peso de mil muertos.
El tiempo se escurre en mi piel, en mis ojos.
Y envejezco perdido en el infinito.
El sol cubre con su cálido manto de verano, él inmutable rodea de energía esta vida, la caminataparece un castigo, a cada paso la temperatura aumenta, parece aplastarme contra el piso, y veo derretirme como cliche en el asfalto, no hay brisa, el disco dorado hace su trabajo.
Salgo de este pueblo a la ruta a hacer dedo algunos me miran de reojo y luego pasan, otros me ven y señalan que van cerca, otros miran para otro lado, y estan los que no quitan la mirada al frente, mientras pisan el acelerador, cual corredor de Formula 1, esperando nada se cruce en su camino.
Cuando estoy viendo un camion al girar la rotonda deja parte de su carga en la ruta. ¡Que lastima! no eran jugos ni gaseosas, puro ladrillo cerámico.
y asi estoy; calor, cansancio, sudor, sed. Ah!!! ¡ alli viene el 221! subo rumbo al poblado mas cercano ¡MDP!
Martes 05 de enero de 2010 (mediodia ¡que calor!)
Miguel Angel Zenteno
Y como aguas en un remanso de un enorme rio, mi alma
Calmo en su superficie, mar de aceite.
pero muy en lo profundo, la corriente tira, empuja.
En el centro una inquieta brisa, se mueve sin prisa.
Aunque muchas voces me presionen
o la burla se haga eco en mi mente
Pongo a trabajar mi piel, que en ella brote el enojo.
Golpeo el piso con la velocidad de los vientos.
Me paro firme ante una tormenta de tristeza.
Y en montaña casi me convierto.
Miro al horizonte de un mar igual a mí.
No sé que pensar, no sé que sentir.
Los días pasan y guardo mucho pasado.
Como una mochila con el peso de mil muertos.
El tiempo se escurre en mi piel, en mis ojos.
Y envejezco perdido en el infinito.
El sol cubre con su cálido manto de verano, él inmutable rodea de energía esta vida, la caminataparece un castigo, a cada paso la temperatura aumenta, parece aplastarme contra el piso, y veo derretirme como cliche en el asfalto, no hay brisa, el disco dorado hace su trabajo.
Salgo de este pueblo a la ruta a hacer dedo algunos me miran de reojo y luego pasan, otros me ven y señalan que van cerca, otros miran para otro lado, y estan los que no quitan la mirada al frente, mientras pisan el acelerador, cual corredor de Formula 1, esperando nada se cruce en su camino.
Cuando estoy viendo un camion al girar la rotonda deja parte de su carga en la ruta. ¡Que lastima! no eran jugos ni gaseosas, puro ladrillo cerámico.
y asi estoy; calor, cansancio, sudor, sed. Ah!!! ¡ alli viene el 221! subo rumbo al poblado mas cercano ¡MDP!
Martes 05 de enero de 2010 (mediodia ¡que calor!)
Miguel Angel Zenteno
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